Marco Aurelio, el emperador filósofo romano, es uno de los principales representantes del estoicismo. Nacido en el año 121 d.C., y fallecido en el 180 d.C., ha pasado a la historia por ser uno de los mejores líderes de todos los tiempos. En los últimos años de su vida escribió sus «Meditaciones», un diario personal y privado escrito para sí mismo, en el que se recordaba cómo quería ser, cómo quería actuar y por qué principios quería guiarse. Sus «Meditaciones» se han convertido en una de las fuentes de referencia de esta filosofía de vida estoica.
En el artículo de hoy vamos a ver 50 de sus mejores frases extraídas de su fantástico legado escrito, que te animo a repetir y memorizar hasta que formen parte de tu diálogo interior. Es uno de los primeros pasos que recomiendo dar cuando aprendemos a practicar el estoicismo.
Pero antes de continuar, si prefieres ver y escuchar estos aforismos leídos por mí mismo, puedes hacerlo en el vídeo que te comparto a continuación de mi canal de YouTube:
En esta entrada encontrarás...
Frases y aforismos de Marco Aurelio
Si prefieres seguir leyendo los aforismos a tu propio ritmo, puedes hacerlo a continuación. Espero que te gusten y te ayuden:
1. La mejor venganza es ser diferente a quien causó el daño.
2. Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.
3. Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones.
4. Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida.
5. No obres como si fueras a vivir mil años; obra como si el fin estuviera muy cerca.
6. La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.
7. El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza.
8. El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente.
9. Tranquilo a la vez que resuelto, alegre a la par que consistente, es el hombre que en todo sigue la razón.
10. En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan imperturbable y tranquilo como en la intimidad de su alma.
11. El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace.
12. Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables impedimentos.
13. No malgastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre. Trata de ser uno.
14. No permitas que tu memoria se enajene de las cosas que tienes, sino de las que te hagan falta.
15. Tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás la fuerza.
16. Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo.
17. Cuánto tiempo ahorra el que no se da la vuelta para ver lo que su vecino hace, dice o piensa.
18. Hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza.
19. Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.
20. Comenzar es la mitad del trabajo, comienza nuevamente con la mitad restante, y habrás terminado.
21. Muchas veces me pregunto cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que a los demás, pero a pesar de todo le da menos valor a sus propias opiniones que a las opiniones de otros.
22. Si estás molesto por una causa externa, el dolor no se debe a la causa en sí misma, sino al valor que tú le das. Y tienes el poder de revocar ese valor.
23. Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. Tú también sueles anhelar tales retiros. Pero todo eso es de lo más vulgar, porque puedes, en el momento que te apetezca, retirarte en ti mismo.
24. Recógete en ti mismo. El guía interior racional puede, por naturaleza, bastarse a sí mismo practicando la justicia y, según eso mismo, conservando la calma.
25. Habla, sea en el Senado, sea ante cualquiera, con elegancia y certeramente. Utiliza una terminología sana.
26. Recibe sin orgullo, despréndete sin apego.
27. Recuerda que ni el futuro ni el pasado te son gravosos, sino siempre el presente. Y éste se minimiza, si lo delimitas exclusivamente a sí mismo.
28. Cada vez que estés a punto de señalar un defecto en otra persona, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué defecto en mí se parece al que estoy a punto de criticar?
29. Mira hacia el pasado, con sus imperios cambiantes que se alzaron y cayeron, y serás capaz de prever el futuro.
30. ¿Quieres ser alabado por un hombre que se maldice a sí mismo tres veces por hora? ¿Quieres complacer a un hombre que no se complace a sí mismo?
31. Si algún hombre me odia, ese es su problema. Mi única preocupación es no hacer o decir nada que merezca ese odio.
32. El que teme la muerte, teme la insensibilidad u otra sensación. Pero si ya no percibes la sensibilidad, tampoco percibirás ningún mal. Y si adquieres una sensibilidad distinta, serás un ser indiferente y no cesarás de vivir.
33. Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos crean.
34. Los hombres han nacido los unos para los otros. Instrúyelos o sopórtalos.
35. ¿Es tu reputación lo que te molesta? Mira lo rápido que somos olvidados. El abismo del tiempo eterno se traga todo.
36. No desdeñes la muerte; antes bien, acógela gustosamente, en la convicción de que ésta también es una de las cosas que la naturaleza quiere.
37. El que peca, peca contra sí mismo; el que comete una injusticia, contra sí la comete, y a sí mismo se daña.
38. Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no sólo el que hace algo.
39. Hoy me he librado de toda circunstancia difícil, mejor dicho, eché fuera de mí todo engorro, porque éste no estaba fuera de mí, sino dentro, en mis opiniones.
40. Que algo te parezca difícil, no quiere decir que nadie más sea capaz de lograrlo.
41. Imperturbabilidad con respecto a lo que acontece como resultado de una causa exterior y justicia en las cosas que se producen por una causa que de ti proviene.
42. Todo cuanto ves, muy pronto será destruido y los que han visto la destrucción dentro de muy poco serán también destruidos; y el que murió en la vejez extrema acabará igual que el que murió prematuramente.
43. La pérdida no es otra cosa que una transformación.
44. Cualquier cosa que te acontezca, desde la eternidad estaba preestablecida para ti, y la concatenación de causas ha entrelazado desde siempre tu subsistencia con este acontecimiento.
45. Está en tu poder retirarte en ti mismo cada vez que lo desees. La tranquilidad perfecta consiste en el orden de la mente, el reino que te pertenece.
46. Después de asignarte estos nombres: bueno, reservado, veraz, prudente, condescendiente, magnánimo, procura no cambiar nunca de nombre, y, si perdieras dichos nombres, emprende su búsqueda a toda prisa.
47. No actúes como si fueras a vivir por diez mil años. La muerte te acecha. Mientras vivas, mientras sea posible, sé bueno.
48. Detente particularmente en cada una de las acciones que haces y pregúntate si la muerte es terrible porque te priva de eso.
49. Del mismo modo que los médicos siempre tienen a mano los instrumentos de hierro para las curas de urgencia, así también, conserva tú a punto los principios fundamentales para conocer las cosas divinas y las humanas.
50. La vida no es buena ni mala, sino un lugar para el bien y el mal.
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