Si los siguientes ejemplos son familiares para ti, es que eres un(a) expert@ de la procrastinación:
– «A partir de año nuevo empiezo en el gimnasio».
– «El lunes que viene empiezo a comer bien».
– «Después de verano me saco el curso de inglés».
Bienvenid@ a un nuevo post de El Estoico, tu web de estoicismo en español. En el post de hoy vamos a hablar de qué es procrastinar y de cómo el estoicismo te puede ayudar a evitar que sigas haciéndolo. ¿Nos acompañas?
En esta entrada encontrarás...
¿Qué es la procrastinación?
Según la RAE, la definición de procrastinación es: «Acción y efecto de procrastinar».
Pues que bien, ¿no? Se habrán quedado a gusto. Continuemos pues, vamos a ver qué es procrastinar en la RAE: «Diferir, aplazar». Estos sinónimos de procrastinación (también conocida como síndrome del estudiante) son más sencillos de decir (y escribir) que la propia palabreja, pero en mi opinión son más comunes y menos contundentes.
Teniendo claro que procrastinar significa aplazar, dejar para luego, estoy convencido de que todos nos identificamos como procrastinadores natos. No te culpes, absolutamente todos los seres humanos lo somos. Al igual que en su día también lo fue, por ejemplo, Séneca.
Ya ves, ni los hombres más ricos del mundo se libran de dejar las cosas para luego.
Debo confesarte, amigo lector o amiga lectora, que yo mismo he procrastinado en multitud de ocasiones y que, me guste o no, seguiré haciéndolo inevitablemente. Debo de ser uno de esos procrastinadores crónicos sin solución.
Lo importante es que cada día soy un poquito mas consciente y que intento posponer menos cosas. Ya sabes, Memento Mori.
Y, ahora que ya estamos cogiendo confianza, te contaré otro secreto: esta página web que estás viendo es un producto de mi procrastinación. Llevaba leyendo sobre estoicismo varios años y siempre he pensado que como más se aprende es explicando/enseñando.
Por eso, me dije a mi mismo: voy a crear una página web en español sobre estoicismo, donde pueda aprender explicando todo lo que estoy leyendo para que otros también puedan aprenderlo, porque creo que es necesario para vivir una vida mejor.
Y pasó un día, y otro. Y una semana, y otra. Meses, e incluso un año.
Hasta que un día, por casualidad, vi la charla TED de Tim Urban sobre procrastinación y dije: «Hasta aquí, no voy a postergar más este proyecto porque realmente creo que es importante llevarlo a cabo. Para mí y para los demás. Voy a comprar el dominio y hoy mismo empezaré a escribir».
Y aquí estamos 🙂
Como explica el genial Tim Urban en esta charla TED sobre los niveles de procrastinación que puedes ver a continuación, el problema es cuando nadie te impone una fecha (como en el trabajo o en la universidad) para llevar a cabo un proyecto personal. Te animo a que la comentemos si quieres, porque a mi me abrió los ojos y me ayudo a sacar adelante este proyecto tan ilusionante:
¿Por qué procrastinamos?
Como hemos dicho antes, la procrastinación es inherente a nuestra condición de seres humanos. «Soy persona, ergo procrastino».
Y, aunque no existe un tratamiento para dejar de procrastinar (no es una enfermedad), sí que existen soluciones. El primer punto para saber cómo dejar de procrastinar es ser sincer@s y reconocer el motivo por el que estamos aplazando nuestras acciones.
¿Realmente has decidido por ti mism@ que quieres apuntarte al gimnasio para evitar un problema de salud a corto plazo o es porque tu amiga te ha dicho que deberías ir? Si llevas años postergando ir al gimnasio, quizás es porque no quieres ir realmente. Quizás tu deporte es el tenis o el baloncesto.
¿De verdad te interesa aprender inglés? ¿O en realidad lo que siempre has querido estudiar ha sido japonés, pero te han dicho que el inglés tiene mas futuro? Profundiza en tu interior, y busca la verdadera razón. En reiteradas ocasiones te darás cuenta que lo que te esta paralizando es, en realidad, el miedo al fracaso.
Y es que, al contrario de lo que mucha gente piensa, procrastinar no tiene nada que ver con la productividad, ni con ser mas o menos eficiente. La raíz del problema está en los motivos, en por qué queremos (o creemos que queremos) empezar algo.
Por lo tanto, revisando nuestras razones conseguiremos atacar el origen de la procrastinación y le pondremos solución. Por supuesto, el estoicismo puede ayudarte con este proceso.
Cómo el estoicismo puede ayudarte a dejar de procrastinar
El estoicismo no es la panacea para todos tus problemas. De hecho, no es una filosofía sencilla de aplicar. Aunque se asienta como una escuela filosófica eminentemente práctica, lo complicado es precisamente su ejecución. Pero El Estoico nació con el objetivo de ayudarte a ello.
Entonces, ¿cómo puede el estoicismo ayudarte a dejar de procrastinar?
Si has leído otros posts ya sabrás que uno de los conceptos más primarios del estoicismo es aprender a identificar qué depende de nosotros y qué no, y actuar en consecuencia. Entonces, de esta idea se deriva que comenzar un nuevo proyecto esta dentro de nuestra área de control.
1) El primer paso es sincerarse con un@ mism@ para darse cuenta de esto. Aunque parezca sencillo, no lo es, e ignorarlo puede traerte consecuencias negativas sencillamente porque puedes estar esperando una ayuda externa que puede no llegar. Yo tardé un año en darme cuenta de que únicamente necesitaba mi permiso y mi iniciativa para abrir esta pagina web.
2) El siguiente paso también depende de nosotros: ponerse una fecha límite, o deadline que dicen en inglés. Si tú no te pones plazos, nadie lo va a hacer por ti. Y, ya sabes, Memento Mori. Vas a morir te guste o no, y todo lo que dejes sin hacer serán muy buenas ideas sin materializar que te llevarás a la tumba.
Aunque esta ultima afirmación puede aumentar tu nivel de estrés, no malinterpretes estas palabras. Saber que vas a morir en realidad debe motivarte a tomar decisiones y actuar.
3) Por último, concéntrate en el momento presente y en la tarea que tienes entre manos. Esta decisión también depende exclusivamente de ti. Si estás constantemente mirando el correo electrónico o las redes sociales, nunca podrás concentrarte en sacar tu trabajo adelante y, finalmente, terminarás por dejarlo.
El propio Marco Aurelio ya tuvo este problema, y así lo expresa brillantemente en su obra Meditaciones, que puedes encontrar en nuestra Biblioteca Estoica:
A todas horas, preocúpate resueltamente de hacer lo que tienes entre manos con puntual y no fingida gravedad, con amor, libertad y justicia, y procúrate tiempo libre para liberarte de todas las demás distracciones. Y conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida.
Y aquí se acaba nuestra entrada de hoy en El Estoico. Si quieres saber más sobre estoicismo y procrastinación, te animamos a que sigas nuestras cuentas de Twitter (@elestoicoesp) y de Instagram @elestoicoesp, donde compartimos frases y pensamientos de los estoicos más reconocidos e influyentes. Si reflexionas sobre ellas, ¡no te dejaran indiferente!
También recordarte que si tienes alguna duda o quieres compartir algo con nosotros, déjanos un comentario o, si prefieres hacerlo por privado, escríbenos a elestoico.com@gmail.com. Ya empezáis a ser muchos los que os estáis animando y estamos muy contentos y agradecidos de que estos posts comiencen a resonar en vuestra mente.
Como siempre, muchas gracias por leernos y ¡nos vemos pronto!