fbpx

Estoicismo y procrastinación: 5 ejercicios estoicos para dejar de procrastinar

Divisor El Estoico
ESCRITO POR: Pepe García ·
21 febrero 2024
estoicismo procrastinacion
COMPARTE ESTE POST: 
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

“Oirás decir a muchos: “Cuando cumpla cincuenta años me retiraré para descansar”. ¿Quién te garantiza una vida tan larga?” – Séneca.

En el artículo de hoy voy a hablar de un tema que nos acecha a todos: la procrastinación y cómo el estoicismo me ha ayudado a procrastinar mucho menos. Esta palabreja significa “dejar para luego lo que puedes hacer hoy”, y ha sido uno de mis grandes lastres durante toda mi vida. Sin embargo, gracias al estoicismo que, como digo siempre, me ha cambiado la vida, mis niveles de procrastinación se han reducido prácticamente a cero.

Hoy voy a compartirte 5 prácticas, 5 ejercicios inspirados en los estoicos que aplico en mi día a día, y que me han ayudado muchísimo a dejar de procrastinar.

¿Qué es la procrastinación?

¿Alguna vez te has preguntado por qué sigues posponiendo cosas importantes, incluso cuando sabes que no deberías? ¿Conoces esa sensación de que has logrado hacer lo que te proponías y esa otra de que el estrés se acumula porque no eres capaz de hacer lo que te propones y lo dejas siempre para luego? Eso se llama procrastinar, y aunque parezca imposible dejar de hacerlo, en realidad, no es tan difícil.

Para poder aplicar mejor la información que vas a leer en este artículo, voy a pedirte una cosa: piensa aquello que estás procrastinando, una meta importante en tu vida, como puede ser hacer dieta, deporte, meditar, madrugar, escribir un diario. La que quieras, pero escoge una para pensar sobre ella el resto del artículo.

Dice el filósofo Nassim Taleb que la procrastinación es un filtro natural que tenemos los seres humanos para no hacer aquellas cosas que, en realidad, no queremos hacer.

Aunque me gusta esta idea, tengo que ser sincero: no estoy completamente de acuerdo. Es cierto que, a veces, he visto cómo algunos problemas de mi vida se han solucionado sin hacer nada. Pero he experimentado en mi pripopia vida que las cosas realmente importantes requieren que nos pongamos en marcha, que tomemos acción. Por ejemplo, si no me esfuerzo en mi proyecto «El Estoico», mi salud o mi matrimonio, nadie lo va a hacer por mí. 

 

Y lo mismo te va a ocurrir a ti. Nadie más tomará la iniciativa por ti en las cosas que verdaderamente te importan. Nadie más comenzará ese proyecto personal que tienes en mente. Nadie va a sudar por ti en el gimnasio. Nadie va a sentarse en tu cojín de meditación. Y nadie va a fortalecer tus relaciones por ti. Cuanto más esperes, más grande será el arrepentimiento de no haber empezado antes.

Porque, seamos honestos, ¿cuándo nos hemos arrepentido de haber comenzado algo demasiado pronto? Lo que realmente duele es empezar tarde… o, peor aún, no empezar nunca.

Además, ¿sabías que la procrastinación es, irónicamente, una fábrica de estrés? Cada vez que aplazamos algo, nos estamos cargando de más y más estrés. Es esa sensación agobiante de saber que hay algo pendiente, algo que deberíamos estar haciendo ya. Y lo más frustrante es ver a otros tomar acción mientras nosotros estamos atascados en este ciclo de frustración.

Seguro te ha pasado, como a mí, ver a alguien llevar a cabo esa idea genial que tú también habías tenido. De repente, alguien más la está haciendo realidad. Entonces es cuando, frustado, te preguntas: ¿qué tiene esa persona que yo no tengo? La respuesta es sencilla: ella tomó acción, mientras que tú te quedaste en el ‘luego lo haré.

Para no caer más en esta trampa, vamos a ver 5 ejercicios estoicos que te ayudarán a combatir la procrastinación.

Primer ejercicio: prepárate el día anterior

Este ejercicio a mí me ha ayudado muchísimo: tener un plan de acción escrito la tarde anterior. Si queremos empezar el día sin una dirección clara, a ver qué ocurre, mal vamos. Los estoicos se preparaban cada mañana para que sus acciones fueran lo mejor posibles. Sabían que el secreto está en preparar la mente para los desafíos que vienen, y nosotros vamos a hacer lo mismo.

La tarde del día anterior, antes de sumergirte en la locura del día que está por venir, dedica unos minutos a ti mismo. Siéntate en un lugar tranquilo y hazte estas preguntas:

¿Qué es lo más importante que necesito lograr mañana?

¿Cuál es mi objetivo principal con el que me sentiría satisfecho?

¿Con qué sentiría que he hecho suficiente?

Tal vez sea avanzar en tu proyecto, hacer ejercicio o meditar. Sea lo que sea, identifica tu misión número uno para el día siguiente, y visualízate actuando así.

También puedes anticiparte a los posibles problemas, preguntándote:

¿Qué obstáculos podrían impedirme que lo consiga y cómo puedo superarlos?

 ¿Las distracciones? Ten un plan para superarlos. ¿Las interrupciones? Avisa antes para que no te interrumpan. Bloque cualquier posibilidad de interrupción.

Al hacer este ejercicio, tendrás un enfoque claro y una mentalidad preparada para lo que sea. Porque, como decía Séneca, “quien no sabe hacia qué puerto se dirige, ningún viento le será favorable”.

Segundo ejercicio: diseña tu entorno

Diseñar tu entorno es algo que está bajo tu control total, y se trata de uno de los grandes aliados o enemigos de la procrastinación. Tu entorno es algo que definitivamente puedes controlar, y esto puede serte de gran ayuda en tu lucha contra la procrastinación. Veamos unos ejemplos:

  • ¿Quieres concentrarte mejor? Crea un espacio de trabajo con lo esencial, porque si lo llenas de cosas será más fácil que te despistes. ¿Un portátil y una taza de café? Perfecto. ¿Diez figuritas de superhéroes? Quizás no tanto. Así como tengas tu entorno, así será tu mente.
  • ¿Quieres meditar más? Crea un rincón especial en tu casa solo para eso. Un cojín de meditación, una plantita, una vela y nada más. Cada vez que lo veas, te recordará tu compromiso con la serenidad interior y será más fácil que medites.
  • ¿Tu objetivo es comer mejor? Organiza tu cocina de manera que lo saludable sea lo más fácil de alcanzar. Frutas en la mesa, snacks saludables a la vista, y lo que no sea tan bueno… no lo tengas ni en casa.
  • ¿Tal vez hacer más deporte? Coloca tu esterilla de yoga o tus pesas en un lugar visible. O una barra de dominadas en la puerta. Que sea lo primero que veas cuando te levantas, y así será más fácil que las utilices.
  • ¿Entrar menos en redes sociales? Instala apps que limiten tu tiempo en ellas o deja tu móvil en otra habitación mientras trabajas. Haz que la tecnología trabaje para ti, no en tu contra.

Tercer ejercicio: pon un precio a tu procrastinación

No hay nada que nos duela más que nos toquen el bolsillo. Séneca decía que lo más importante de todo es el tiempo, porque es algo que nunca vamos a recuperar. Pero los seres humanos parece que somos muy malos en esto esto del tiempo, y que somos mejores con el dinero. Séneca también lo sabía, así que nos aconsejaba que pusiéramos un precio a nuestra hora.

Por tanto, una buena idea es apostarse dinero con alguien. Escoge a una persona de confianza para ti, como puede ser un amigo, y establece una fecha límite para hacer aquello que quieres hacer. Apuesta una cantidad que te duela si no lo haces, no 5 euros. Una cantidad que digas: “puf, me fastidiaría mucho si pierdo este dinero”. Así te obligarás a tomar acción antes de una fecha concreta. Te puedo asegurar que este truco no falla.

Cuarto ejercicio: no esperes a hacerlo perfecto

Una de las grandes trampas de la procrastinación es la perfección. El perfeccionismo nos hace aplazar las acciones hacia nuestros objetivos porque estamos seguros de que no lo haremos perfectamente. Así que, simplemente, no lo hacemos.

El perfeccionismo es como una sombra oscura que nos hace pensar que todo debe ser impecable desde el principio. Pero, si te detienes a pensarlo unos segundos, la perfección no existe.  Es algo subjetivo. La realidad es que nadie es perfecto, ni siquiera esos modelos a seguir que ves por ahí.

Así que, ¿qué puedes hacer? Como decía Epicteto: aceptar lo que no puedes controlar. Acepta que, hagas lo que hagas, no será perfecto, y que está bien que sea así. A algunas personas les parecerá maravilloso lo que haces, y otras lo odiarán. Tú sólo podrás centrarte en hacerlo bien y en tener la conciencia tranquila. Lo importante es comenzar y seguir mejorando en el camino. Imagina si hubiera esperado a que todo fuera perfecto antes de emprender este proyecto. Te puedo asegurar que nunca lo habrías conocido.

En definitiva: enfócate en el progreso, enfócate en mejorar, y no en la perfección.

Quinto ejercicio: piensa en tu muerte

Decía Marco Aurelio: “Día a día se va gastando la vida y nos queda una parte menor de ella”.

Te lo digo por experiencia. En 2017 tenía treinta años y  dos ideas que no quería llevarme a la tumba: dar la vuelta al mundo y emprender mi propio proyecto. El empujón que necesitaba me lo dio la idea de que algún día no estaré aquí para hacerlo. Pensar en mi muerte me ayudó a dar el paso que necesitaba para embarcarme en ambos proyectos.

También me ayudó hablarlo con la que ahora es mi mujer, Isabel, y ver que ella también quería cumplir ese sueño. Los dos queríamos tener hijos y sabíamos que, cuando los tuviéramos, sería mucho más difícil dejar nuestros trabajos para ver el mundo. Ambos teníamos el sueño de ser padres, y sabíamos que cuando eso sucediera, se complicaría cumplir nuestros sueños viajeros. Así que establecimos una fecha límite para empezar el viaje (sí, eso es importante) y una cantidad fija de ahorro. Dos años después, en marzo de 2019, dejamos nuestros trabajos y comenzamos la vuelta al mundo.  No éramos millonarios ni pedimos dinero prestado. Sólo éramos personas con una decisión. Trabajamos duro, nos privamos de muchos planes, y tomamos el primer avión destino San Petersburgo. Meses después la pandemia nos golpeó en pleno viaje, pero aún así, logramos nuestro objetivo principal. Luego, en septiembre de 2019, compré el dominio elestoico.com y empecé mi segundo sueño: un proyecto propio. Cuatro años después, aquí estamos.

No sé cuánto tiempo durará este viaje pero sé que, cuando llegue mi hora, no me arrepentiré de no haberlo intentado.

Ahora, te toca a ti:

Si supieras qué día vas a morir, ¿qué empezarías hoy mismo?

¿Qué sueño o proyecto has estado postergando, esperando el momento adecuado?

¿Qué te lamentarías de no haber intentado cuando estés en tu lecho de muerte?

Y, la pregunta clave: ¿Cuál es el primer paso, por pequeño que pueda ser, que puedes dar ahora mismo para acercarte a eso que realmente importa?

Es hora de tomar acción, como decía Marco Aurelio: “Conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida”.

¿Recuerdas aquello importante que elegiste al principio de este artículo? ¿Aquello sobre lo que te pedía pensar en lo que no podías dejar de procrastinar? Es momento de que lo traigas de nuevo a tu mente y le apliques estos 5 ejercicios que te he propuesto. Porque, por mucho que leas sobre la procrastinación, tomar acción es lo único que te funcionará.

Estos han sido los 5 ejercicios estoicos que a mí más me han ayudado para dejar de procrastinar. Si te ha gustado este artículo, estoy convencido de que mi primer libro «Siempre en pie» te puede ayudar muchísimo a vivir una vida que merezca la pena ser vivida.

No te quito más tiempo.

Gracias por leer.

Pepe.

COMPARTE ESTE POST: 
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
QUIÉN ES PEPE GARCÍA
Pepe García, autor del blog El Estoico.

Pepe García es escritor, autor de «Siempre en pie», creador del podcast «El Estoico» y divulgador de filosofía estoica, tarea a la que se dedica de manera personal y profesional. Si no lo encuentras leyendo, quizás esté viajando, haciendo deporte, jugando al ajedrez o simplemente dando un paseo. Si quieres contactar con él, puedes hacerlo en cualquiera de sus redes sociales o en elestoico.com@gmail.com.

Deja un comentario

APÚNTATE A MI NEWSLETTER Y RECIBIRÁS LA
GUÍA DE LAS 4 VIRTUDES ESTOICAS GRATIS
Guía gratis "Las 4 virtudes Estoicas"
Divisor El Estoico

DEJA TU EMAIL PARA QUE PUEDA ENVIARTE EL MEJOR CONTENIDO DE ESTOICISMO EN ESPAÑOL

Comunidad para aprender estoicismo